jueves, 30 de septiembre de 2010

Adéu Avi!!!

Lamentablemente hemos vivido la muerte del abuelo de mi pequeña. Ha sido muy duro para todos y aunque mi niña sólo tenga 2 años, también lo ha sufrido. 
 Desde que acabé la baja de maternidad, ella ha estado con sus abuelos mientras yo acudía al trabajo, así que lo más normal es que lo echara de menos. 
La primera vez que preguntó por él, no sabía que decirle, acababa de pasar y no podía explicárselo. Algo había que decirle, no vería más a su abuelo y eso se lo tenía que explicar.  Se me ocurrió decirle que se había ido a un sitio muy lejos que era muy bonito y que se lo estaba pasando muy bien aunque ya no volvería. Igualmente preguntaba por él e incluso me decía si se había ido con el coche. No sabía si le estaba diciendo lo correcto, así que me informé sobre el tema.  
Realmente aprendí muchas cosas y me di cuenta lo fácil que es hacer que el niño coja miedos innecesarios o poderlo traumatizar. La muerte es un tema delicado y hay que elegir bien las palabras para no afectar a los niños. Nos cuesta aceptarla y por eso no inventamos historias para ocultar la verdad.
Tras leer mucho sobre el tema, saqué la conclusión que tenía que ser sincera y aunque todavía no entendiera que es la muerte, debía decirle la verdad. Frases como que “el abuelito se ha ido de viaje”  no son adecuadas porque puede suceder que cuando un pariente o amigo en realidad se vaya de viaje, el niño lo asocie con el dolor y la consternación que causó el fallecimiento de alguna persona y termine desarrollando temor a los viajes. Otro error sería decir que “está durmiendo”, puede generar la impresión errada de que ellos mismos pueden morir si se van a dormir.  
A la edad de mi pequeña la muerte la ven como algo temporal o reversible y hay que ser reiterativos en explicar que una persona muerta no va a volver a la vida. Me armé de valor y le dije que su abuelo había fallecido, dejando claro que eso significa que ya no podrá jugar, comer...y que ya no volvería a verlo porque ha dejado de vivir. Se quedó mas convencida que con lo del viaje y no preguntó donde estaba ni cuando iba a volver. Ahora pregunta poco por él y cuando lo hace es porque vamos a ver a su abuela y pregunta si también estará el abuelo. Le sigo repitiendo lo mismo cada vez que pregunta y me duele igual que la primera vez.
Es muy difícil y doloroso decirle eso al igual que oírle decir a ella que su abuelo ha muerto, pero lamentablemente no queda opción y lo que no podemos hacer es traumatizar a nuestros pequeños.

martes, 21 de septiembre de 2010

Pánico al médico

Ya sabemos que ir al médico no es agradable, pero tener que llevar a mi pequeña era un suplicio. Al nacer no ganaba mucho peso y tenía que ir al pediatra cada semana. Era entrar en la consulta y empezar a llorar desconsoladamente.
Cuando dejé de darle el pecho (la decisión que más me costó tomar, pero la más acertada) se solucionó el problema y  ya sólo iba para las revisiones. Era horrible el escándalo que formaba, se ponía roja, temblaba y sacaba esa fuerza bruta que hacía casi imposible dominarla. ¿De dónde sacarán tanta fuerza estas personitas? 
En la revisión del año, daba hasta patadas y la pediatra llegó a enfadarse con ella y me dijo que mi pequeña era una exagerada. Pero, ¿Cómo quería que se comportara? Cada vez que íbamos le tocaba vacuna y a mi que me perdonen, pero yo también la liaría ¿A quien le gusta que le pinchen? Llegó a insinuar que no sabía dominar a mi hija y no sabía establecer limites. Imaginaros que sentí en ese momento, después del mal rato de ver a mi hija chillando de aquella manera, encima me acusan de mala madre. Por problemas de piel atópica hemos tenido que visitar a más de un dermatólogo y ya cuando veía una bata blanca empezaba a temblar. Antes de esta última revisión le expliqué varias veces lo que le harían y menos mal que ahora ya te escucha y te entiende y en la revisión de los 2 años se mostró amable y colaboró. Realmente fue un alivio porque no hay nada peor que ver  a tu hijo pasándolo mal. Ahora ya la he convencido que el médico no te hace daño, pero ¿Qué pasará cuando toque vacunarla?

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Mi peque ya va al cole

Hasta ahora cuando iba a trabajar dejaba a mi pequeña con los abuelos. Tres días la dejaba con unos y dos con los otros. Los abuelos estaban encantados y se peleaban por tenerla. Soy consciente que el cariño que le dan a mi pequeña no se lo puede dar nadie, pero ya era hora que se relacionase con alguien más y sobretodo con niños. Decidimos que antes de empezar primaria hiciera un año de guardería para que se fuera habituando. Miramos las diferentes guarderías de la zona, pero es imposible escoger y te tienes que conformar con la que te toca por sorteo o pagar la mitad de tu sueldo y llevarla a una privada.
A medida que se iba acercando el día me daba pena dejarla, ella es feliz con sus abuelos, pero creía que era lo mejor. Poco antes de empezar me puse a preparar la cantidad de cosas que piden. Planchar etiquetas en la ropa, marcar botellas de agua, toallitas...,imprimir fotos, comprar la ropa de temporada, las batas, las toallas... El día antes estaba un poco nerviosa porque mi pequeña está muy enmadrada y es muy dependiente y pensaba que le costaría quedarse con extraños. Ya le había explicado mil veces donde iba a ir y como se llamaba su profesora. Le enseñaba un cuento de niños que están en el colegio y le explicaba lo que hacían esos niños en clase. Se lo sabía muy bien e incluso me dijo que si tenía pipí se lo tenía que decir a Judit (la profe). Cuando llegó la hora le dije que nos íbamos al colegio y contenta dijo que sí. Cuando llegó a la guardería y vio a tantos niños, me cogió de la mano, pero seguía avanzando. La llevé a su clase y cuando vimos a la profesora le dije que era Judit y que se quedaría con ella mientras la mama trabaja. Me dijo que sí, me soltó de la mano y se fue con ella.  Mi niña no deja de sorprenderme, no lloró ni me extrañó. Pensé que le iba a costar y se adaptó perfectamente. La verdad no sé si es más traumático para los niños o para los padres. A mi se me escapó alguna lamigrilla al dejarla, ¿Por qué siempre tenemos ese sentimiento de culpa? Cómo me gustaría poder pasar un poco más de todo y no darle tantas vueltas a las cosas. Supongo que habéis oído que los niños lloran desconsolados al ir  por primera vez al cole pues también hay buenas experiencias y si estáis como yo, preocupadas por dejar a vuestros pequeños, pensad que son muy listos y cuanto más natural sea todo y sepan lo que se van a encontrar será mucho mejor. Ahora mi preocupación viene cuando acabe el periodo de adaptación y la deje a comer y a dormir la siesta, pero bueno si no me preocupa eso me preocupará otra cosa, ¡qué le vamos a hacer!

martes, 14 de septiembre de 2010

No,no y no


¿Cuándo acaba la etapa del "NO"? Ya no sé si me queda más paciencia,humor ni comprensión. Desde que empezó con el NO, al rededor de los 18 meses,he intentado decírselo lo menos posible. Cuando iba a clases post parto me dijeron una frase que se me quedó grabada: "Intenta contar al final del día los NO que le has dicho a tu pequeño".  Procuro no ponerme a su nivel, distraerla y darle mil vueltas a una frase para que no contenga la negación (me he dado cuenta del dominio que tengo con el léxico).He intentado únicamente usar el NO para advertir de peligros, pero aún así lo tiene más que aprendido. Ya hemos empezado con las rabietas y claro, después del insistente NO, si no consigue lo que quiere, viene la famosa pataleta. Hasta ahora lo he llevado más o menos bien, pero lamentablemente vivo pendiente del reloj y muchas veces no tengo tiempo para esperar media hora a que ceda a vestirse o ha meterse en el coche. Realmente te saca de tus casillas aunque a veces es gracioso ver como se ha equivocado al decir NO e intenta arreglarlo sin ceder porque de orgullosa y tozuda es un rato. Por suerte no le dura mucho el enfado ni tampoco es exagerada en sus rabietas, pero a mi se me hacen eternas.En fin seguiremos armándonos de paciencia y a esperar la siguiente etapa, que por lo que me han comentado no es mejor que ésta, así que a esperar el ¿Por qué?

lunes, 6 de septiembre de 2010

La primera noche fuera de casa sin mi niña

Era el cumpleaños de mi marido y quería regalarle algo especial. Encontré el regalo perfecto, un curso de cata de vinos y cavas en el Penedés. El curso incluía una noche en un hotel rural lo que significaba dejar a la pequeña con los abuelos. En los 2 años que tiene, nunca había dormido fuera de casa ni nosotros habíamos salido solitos a cenar. El tener que dejarla a dormir hacía que me pensara si reservar o no. Lo pensé mucho y al final me decidí e hice la reserva. Pensé que ya era hora de dedicarnos un poco de tiempo porque desde que nació, no era más que madre las 24 horas y había dejado de lado a mi marido y a mi misma. El regalo le pareció genial, no esperaba algo así, se le iluminó la cara,pero también le preocupaba dejar a la niña.
A medida que se acercaba el día teníamos unas ganas tremendas de irnos de escapada, pero por otra parte nos sabía mal dejar a la peque, nos sentíamos culpables. Yo sabía que con los abuelos estaría muy bien, pero no paraba de darle vueltas a la cabeza y pensar en todo lo malo que podía pasar: que nos echara de menos,que no pudiera dormir, que no comiera o comiera lo que no debe...
Llegó el día y llamadme tonta, pero cuando la dejé con abuelos parecía que me fuera por un mes y cuando ella no me vio se me escapó alguna lágrima. Durante el fin de semana la llamé 3 veces y ella estaba genial, se le veía contenta, no debía preocuparme y a nosotros nos fue estupendo estar solos y hacer algo por nosotros sin estar siempre anteponiendo a la niña.
Os recomiendo que si tenéis la oportunidad, os dediquéis un poco de tiempo, a parte de padres somos maridos o esposas y sobretodo personas que necesitamos evadirnos un poco y disfrutar de cosas que dejamos de hacer cuando el pequeño llegó a casa.
Lamentablemente, al volver a casa todo sigue igual, pero al menos durante 2 días vuelves a ser tu mismo.
Os dejo el link del hotel rural y de las cavas donde hicimos el curso porque realmente fue genial y os lo recomiendo: http://www.elmoli.es/  http://www.xamos.net/index.htm

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Chupete, ¿si o no?

Al segundo o tercer día de nacer mi pequeña, el pediatra de la clínica me dijo que le podía dar un chupete para calmarla ya que lloraba mucho. Él le llamaba pacificador y me aseguró que no le haría ningún daño. Yo tenía entendido que si le dabas leche materna era mejor no empezar con el chupete porque podía perjudicar la lactancia,pero él me dijo que eso eran tonterías. No sé si tenía razón o no,pero 3 semanas más tarde dejé de darle el pecho porque no comía suficiente y fue entonces cuando dejó de llorar. Para entonces el chupete ya era indispensable para ella, lo llevaba a todas horas. Iba creciendo y seguía necesitándolo a menudo. Dormía con cuatro chupetes en la cuna, uno en la boca y los otros en la mano y si se le caía el de la boca inmediatamente se ponía otro.
Siempre pensé que tendría muchos problemas para que lo dejara y empecé a documentarme cómo hacerlo. Leía autenticas barbaridades y me explicaban de todo. Las madres contaban angustiadas lo mal que lo pasaban e incluso había quien tenía que darle hierbas para calmar la ansiedad del niño. Alrededor de los 18 meses empecé a quitárselo durante el día, sólo se lo daba en la siesta y para dormir, aunque tampoco era tajante y cuando se ponía un poco tonta se lo daba.
La veía disfrutar tanto, era tan feliz con sus cuatro chupetes en la cuna que me daba pena tenérselos que quitar. Cuando se despertaba, lo primero que hacía era buscar todos los chupetes en la cama y se alegraba cuando los veía todos.
Con casi 19 meses, le hicieron la revisión. Cuando le miraron la boca, la doctora enseguida me dijo que tenía que dejar el chupete. El paladar se le estaba deformando y realmente se le notaba, no me había fijado hasta que ella me lo dijo, pero se veían los dientes arqueados en vez de rectos. La doctora me estuvo explicando el daño que podía hacerle e incluso me dijo como hacer para que lo dejara:  Hervirlos muchas veces hasta que queden blandos y ya no los quiera.
Lo que yo me temía estaba pasando, sabía que tarde o temprano me dirían algo así porque le encantaba el chupete.
Cuando salimos de la consulta, (eran casi las 19:00) no me pidió el chupete, me pareció raro, pero así me dio más tiempo para pensarme como lo iba a hacer.  Llegó la hora del baño y de la cena y aún no me había pedido el chupete. Estaba temiendo la hora de ir a dormir, aún no sabía cómo hacerlo, pero tenía claro que no podía dejar pasar más tiempo. Me dio por pensar que había entendido a la doctora y por eso no me pedía el chupete, así que pensé en aprovechar la ocasión.
Antes de ir a dormir, mientras le explicaba el cuento, me lo pidió, entonces le expliqué que el chupete le hacía pupa en la boca, que la doctora se lo había explicado y se había quedado los chupetes. Lo dejó estar, supongo que esperaba ir a la cuna y que allí estarían sus 4 chupetes. Llegó la hora, la metí en la cuna y buscó desesperada los chupetes. Allí no estaban, ya no tenía marcha atrás, se lo volví a explicar todo y ya tenía claro que los chupetes no podían volver a aparecer. Estaba resignada a no dormir aquella noche, así que le dije buenas noches y la dejé como siempre en su cuna. Ella nunca tuvo problemas para dormirse, siempre la dejaba en su cuna, le apagaba la luz y la sentía durante 10 minutos hablando y se dormía. Mientras apagaba la luz y salía de su cuarto iba pensando:¿Eso cambiará ahora? ¿Ya no será el angelito que era? ¿Nunca más se dormirá sola? ¿Qué haré cuando empiece a llorar?
Fue al salir de la habitación que ya empezó a pedir el chupete y a llamarme. Yo le volví a explicar porque ya no estaban en su cuna, pero nunca entré en la habitación, si me veía sería peor, se lo explicaba desde la habitación de al lado. Estuvo un cuarto de hora pidiendo el chupete y se durmió. Yo pensé que estaba cansada y que si a media noche se despertaba empezaría a llorar. Esa noche, durmió de un tirón y yo no me lo podía creer, no podía ser tan fácil. La siguiente noche, hizo lo mismo, la pidió durante un rato, pero volvió a dormir hasta la mañana siguiente.
Mi pequeña de 18 meses entendió lo que pasaba e incluso ella misma decía: "pipa pupa boca". La siesta le costó más, los primeros días sólo dormía unos 40 minutos, pero ahora que tiene 2 años sigue haciendo siestas de 2 horas.
No tuve que recurrir a nada más y nunca me tuve que levantar a media noche. Los niños son muy listos y no hay que subestimarlos, creo que cuantas más historias les cuentas es peor y si ven su chupete roto,sucio o qué se yo, siguen viendo su chupete, a ella le hubiera hecho más daño así porque el chupete era su tesoro.
Cada niño es un mundo, pero para evitar que lo pasen mal creo que es mejor no acostumbrarlos al chupete. Hay madres que se quejan que no lo quieren para dormir e incluso se lo están aguantando a la fuerza para que se duerma, pero pensad en lo que les cuesta dejarlo.