jueves, 29 de diciembre de 2011

Impresiones de mi segundo embarazo

Hasta ahora sólo me he limitado a dar noticias, pero no a contar lo que pienso  He sentido, en miles de ocasiones que el segundo embarazo no tiene nada que ver con el primero. He llegado a sentir comparaciones odiosas como que es un constipado que sólo esperas que se te pase. Siempre he pensado que eso no me pasaría a mi porque no hay nada más maravilloso que tener un ser dentro.  Lamentablemente he de admitir que no se vive como el primer embarazo, pero ya no sólo por ti, si no por los de tu entorno.
Recuerdo que cuando me quedé embarazada de mi pequeña y lo anunciamos,  fue una fiesta y a partir de ahí eran constantes las preguntas de cómo me encontraba y las atenciones.  La anunciación de este embarazo no ha creado la misma expectación y parece que ya hayan olvidado que sigo embarazada.   Al tener un buen embarazo sigues haciendo lo mismo porque aunque estés más cansada sacas fuerzas para controlarlo todo. En el primer embarazo cuando tenías síntomas de ahogos, cansancio o pinchazos, te tumbabas e incluso hacías siestas durante el día. Ahora cuando tengo un pinchazo, un dolor o me canso, pienso: eso es normal, ya me pasó con el otro y sigo adelante sin quejarme.  Si yo misma no me mimo, no puedo pedirle a los demás que lo hagan, pero a veces me dan ganas de gritar,: eh, que estoy embarazada, te acuerdas? Aunque ahora esté más ocupada porque tengo una pequeña a la que atender y no pare quieta, sigo necesitando mimos y atenciones. Mis hormonas están revueltas y reconozco que ahora tengo más genio y menos paciencia, pero no busco discutir, sólo comprensión y desahogarme.  
Ya tengo barriga y aún no me he hecho ninguna foto. Con mi pequeña la hacía todas las semanas. Me siento mal, es como si descuidara a mi bebé porque no le dedico tiempo, porque no hablo con ella, porque no pierdo el tiempo en ponerle música para estimularla, porque no lo mando todo al carajo y me tumbo en el sofá...
Otra cosa que me tiene más inquieta en este embarazo es el miedo a que no vaya bien. No tengo riesgo y todo va genial, pero siempre tengo ese temor.  No sé si a otras mamás les ha pasado igual o es normal, pero en vez de desear que llegue la eco para ver al bebé, lo que quiero es saber si está bien. Ese miedo no lo tuve antes y podía disfrutar más del embarazo.
Si alguna vez mi bebé llega a leer esto no quiero que se lleve una impresión equivocada. Estoy feliz de volver a ser mamá y es capaz de sacarme una sonrisa cuando noto que se mueve. Es maravilloso llevarla dentro y nunca diré que estoy deseando que salga y esto acabe porque quiero sentirla, quiero vivir mi embarazo y disfrutar de él. Y si los demás no lo viven con la misma ilusión pues yo si que la tengo.
Sí, un segundo embarazo es diferente, pero no hagamos que sea un tópico porque una mujer embarazada necesita lo mismo la primera, segunda o tercera vez y me seguirá dando rabia que otras madres me digan que me prepare para lo que es bueno porque un segundo embarazo es horrible.  Mi bebé, no merece eso.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Eco 16 semanas: Una hermanita

Hace ya un mes que anuncié que estoy embarazada y al día siguiente se lo dijimos a la peque.  La noticia la puso contenta, pero no tenía muy claro donde estaba el bebé. A menudo me preguntaba si ya había tenido a su hermanit@ .  Tenía claro que quería una hermanita, pero no le decía a nadie que su mamá tenía un bebé porque decía que era un secreto.  Su padre y yo pensamos en llevarla a la próxima eco ya que sería cuando nos dirían el sexo del bebé.  Le preguntamos si quería venir al médico y le explicamos como iba eso de la ecografía.  Le enseñé vídeos de como vería al bebé en la tele. No quería que se imaginase un precioso bebé rosado y luego tuviera un disgusto.  Antes de ir al médico ya sabía perfectamente lo que me iban a hacer y lo que iba a ver.
Estaba contenta e ilusionada, pero al entrar a la consulta empezó a llamar la atención.  Mientras yo me estiraba su padre la cogió en brazos y miraba expectante la tele. Cuando vio al bebé, reconoció los bracitos, las piernas e incluso la barriga.  Estaba contenta y más aún cuando nos dijeron que tendría una hermanita, pero la alegría le duró poco, empezó a querer bajar de los brazos de su padre y a no dejarle ver al bebé.  No sé que le pasó, puede que fuera el primer ataque de celos, pero su papá se quedó sin ver con detalle al bebé.
Con 16 semanas ya parecía un bebé y tenía un perfil precioso. Realmente me sorprendió lo bien que se veía y lo guapa que estaba de perfil. Está perfecta y no para de moverse. Mis nauseas han desaparecido y  me encuentro genial. Al final del día estoy hecha polvo, pero al menos no me encuentro mal durante el resto. De peso voy muy bien, y hasta me felicitó. Desde la primera visita a las 7 semanas, sólo he engordado 2 kilos así que está genial. 
Mi pequeña ya tiene muy presente a su hermanita, habla de ella y dice que le dejará sus juguetes y le hará un lado en su cama.  Esperemos que siga así.