El blog ya tiene 2 años y desde entonces mi manera de pensar respecto a como criar a mis niñas ha cambiado. Al leer a otras madres, conocí palabras nuevas y empecé a interesarme por ellas. Hasta entonces no había oído hablar de crianza natural, colecho, apego, porteo... Yo no fui criada con ninguna de ellas,pero a pesar de eso tenía claro que mi niña debía recibir todo mi amor y atención. Muchas veces había oído lo de malcriar en brazos a los niños y a mi madre la primera, es algo que siempre he tenido muy presente. Cuando empecé el blog, mi niña mayor estaba a punto de cumplir 2 años y la críe con 2 reglas que eran básicas para mi: Nunca la metería a dormir en mi cama y mientras iba en cochecito por la calle no la cogería en brazos. He de admitir que fue fácil seguirlas porque nunca le costó dormir ni tampoco me la lió en el cochecito. A los 4 meses ya dormía en su cuarto y toda la noche de un tirón. Reconozco haber leído el libro de Estivill y haber aplicado el método, pero nunca lloró más de 2 minutos. Más tarde leí sobre los efectos nocivos del método, pero ya estaba hecho. A pesar de esas 2 normas, siempre le he demostrado mi amor y ha tenido toda mi dedicación, pero intentaba distraerla en ve de tenerla en brazos.
Tengo una niña de 4 años feliz, que come y duerme de maravilla, pero aún así empecé a abrir mi mente a otras maneras de criar.
Hace 4 meses nació mi bebé y tenía claro que con ella practicaría el porteo y la criaría con apego. La primera noche ya la metí en mi cama y la segunda y la tercera, no dejaba que llorara en su cuna. Primero intentaba calmarla según las susurradoras de bebés, pero si al meterla en la cuna lloraba, la dormía a mi lado. No practico colecho, pero no me importaba meterla en la cama para que pudiera dormir. Mi sorpresa fue que a la semana, cuando se dormía en mis brazos y la dejaba en su cuna, no lloraba y si se despertaba seguía durmiendo. Tenía claro que esta vez no dejaría llorar a un bebé en su cuna y si era necesario compartiría mi cama, pero después de estar una semana durmiendo conmigo, empezó a dormir sola sin problemas. Ahora cuando tiene sueño, la estiro y se duerme.
La segunda norma que tenía con su hermana, tampoco la seguí. Recién nacida ya la llevaba todo el día metida en el portabebés, junto a mi piel y mi corazón. Mi bebé a penas lloraba y tenía que oír constantemente que me equivocaba, que la estaba malcriando y que no lloraba porque siempre la tenía encima. Esta vez eso no me influiría y seguía pegadita a mi bebé. Si algo sé, es que crecen muy rápido y en seguida lo único que quieren es correr por aquí y por allá. Con 4 meses sigue siendo un bebé que a penas llora y que va sin problemas en cochecito o se está en su hamaquita.
Creo que no hay una sola crianza con apego y respeto, que no es la suma de colecho, amamantar,no trabajar fuera de casa o usar pañales lavables. Con mi niña mayor no funcionó la lactancia materna y siempre dije que con un segundo bebé no lo volvería a intentar, pero volví a probarlo. Tuve más problemas aún y aunque la alimente con biberón lo hago con amor y respeto.
Ahora mimo más a mi niña grande y siento no haberlo hecho antes, pero nunca es tarde para comerse a besos a nuestros peques.
La crianza es un camino de aprendizajes y experiencia, recorreré ese camino e intentaré satisfacer las necesidades de confianza, protección y afecto de mis niñas.
La segunda norma que tenía con su hermana, tampoco la seguí. Recién nacida ya la llevaba todo el día metida en el portabebés, junto a mi piel y mi corazón. Mi bebé a penas lloraba y tenía que oír constantemente que me equivocaba, que la estaba malcriando y que no lloraba porque siempre la tenía encima. Esta vez eso no me influiría y seguía pegadita a mi bebé. Si algo sé, es que crecen muy rápido y en seguida lo único que quieren es correr por aquí y por allá. Con 4 meses sigue siendo un bebé que a penas llora y que va sin problemas en cochecito o se está en su hamaquita.
Creo que no hay una sola crianza con apego y respeto, que no es la suma de colecho, amamantar,no trabajar fuera de casa o usar pañales lavables. Con mi niña mayor no funcionó la lactancia materna y siempre dije que con un segundo bebé no lo volvería a intentar, pero volví a probarlo. Tuve más problemas aún y aunque la alimente con biberón lo hago con amor y respeto.
Ahora mimo más a mi niña grande y siento no haberlo hecho antes, pero nunca es tarde para comerse a besos a nuestros peques.
La crianza es un camino de aprendizajes y experiencia, recorreré ese camino e intentaré satisfacer las necesidades de confianza, protección y afecto de mis niñas.