jueves, 27 de septiembre de 2012

Le estás malcriando

El blog ya tiene 2 años y desde entonces mi manera de pensar respecto a como criar a mis niñas ha cambiado. Al leer a otras madres, conocí palabras nuevas y empecé a interesarme por ellas. Hasta entonces no había oído hablar de crianza natural, colecho, apego, porteo... Yo no fui criada con ninguna de ellas,pero a pesar de eso tenía claro que mi niña debía recibir todo mi amor y atención.  Muchas veces había oído lo de malcriar en brazos a los niños y a mi madre la primera, es algo que siempre he tenido muy presente. Cuando empecé el blog, mi niña mayor estaba a punto de cumplir 2 años y la críe con 2 reglas que eran básicas para mi: Nunca la metería a dormir en mi cama y mientras iba en cochecito por la calle no la cogería en brazos.  He de admitir que fue fácil seguirlas porque nunca le costó dormir ni tampoco me la lió en el cochecito.  A los 4 meses ya dormía en su cuarto y toda la noche de un tirón. Reconozco haber leído el libro de Estivill y haber aplicado el método, pero nunca lloró más de 2 minutos. Más tarde leí sobre los efectos nocivos del método, pero ya estaba hecho. A pesar de esas 2 normas, siempre le he demostrado mi amor y ha tenido toda mi dedicación, pero intentaba distraerla en ve de tenerla en brazos.
Tengo una niña de 4 años feliz, que come y duerme de maravilla, pero aún así empecé a abrir mi mente a otras maneras de criar.  
Hace 4 meses nació mi bebé y tenía claro que con ella practicaría el porteo y la criaría con apego.    La primera noche ya la metí en mi cama y la segunda y la tercera, no dejaba que llorara en su cuna.  Primero intentaba calmarla según las susurradoras de bebés, pero si al meterla en la cuna lloraba, la dormía a mi lado. No practico colecho, pero no me importaba meterla en la cama para que pudiera dormir. Mi sorpresa fue que a la semana, cuando se dormía en mis brazos y la dejaba en su cuna, no lloraba y si se despertaba seguía durmiendo. Tenía claro que esta vez no dejaría llorar a un bebé en su cuna y si era necesario compartiría mi cama, pero después de estar una semana durmiendo conmigo, empezó a dormir sola sin problemas. Ahora cuando tiene sueño, la estiro y se duerme.
La segunda norma que tenía con su hermana, tampoco la seguí. Recién nacida ya la llevaba todo el día metida en el portabebés, junto a mi piel y mi corazón.  Mi bebé a penas lloraba y tenía que oír constantemente que me equivocaba, que la estaba malcriando y que no lloraba porque siempre la tenía encima. Esta vez eso no me influiría y seguía pegadita a mi bebé.  Si algo sé, es que crecen muy rápido y en seguida lo único que quieren es correr por aquí y por allá. Con 4 meses sigue siendo un bebé que a penas llora y que va sin problemas en cochecito o se está en su hamaquita.
Creo que no hay una sola crianza con apego y respeto, que no es la suma de colecho, amamantar,no trabajar fuera de casa o usar pañales lavables. Con mi niña mayor no funcionó la lactancia materna y siempre dije que con un segundo bebé no lo volvería a intentar, pero volví a probarlo. Tuve más problemas aún y aunque la alimente con biberón lo hago con amor y respeto.
Ahora mimo más a mi niña grande y siento no haberlo hecho antes, pero nunca es tarde para comerse a besos a nuestros peques.
La crianza es un camino de aprendizajes y experiencia, recorreré ese camino e intentaré satisfacer las necesidades de confianza, protección y afecto de mis niñas.

martes, 18 de septiembre de 2012

Babero quita-babas

Mi bebé es muy pero que muy babosa. Desde que nació que babea constantemente hasta el punto que empieza a preocuparme. Mi niña mayor nunca babeó, ni siquiera cuando le salieron los dientes,pero la pequeña, cuando suelta las babas que acumula en la boca, es capaz de hacer un charco. En verano no me preocupaba tanto,pero ahora que empezará el fresquito no puede ir siempre mojada. 
Nunca me gustó ver a los bebés con el babero puesto a todas horas, creo que estéticamente quedan muy feos con la ropa y en la medida de lo posible quería evitar hacerlo. Estuve mirando por la red y encontré unos a modo de pañuelo bandolero que quedan más monos que el babero común, que por comodidad a veces ni se cambia y va con  restos de leche y fruta.
Los hay de muchos colores y estampados haciendo fácil que combinen con la ropa, pero difícil escoger entre tantos. Los que yo uso son de doble tela: La primera de 100% algodón de jersey, que absorbe las babas y la segunda, un ligero forro polar que evita que la humedad traspase al pecho. Son fáciles de poner y quitar con botones a presión y cómodos. Tienen un tacto agradable y realmente funcionan, he conseguido que mi bebé vaya con la ropita seca.
A veces la visto con un simple body  blanco y el pañuelo ya le da el toque de estilo, la verdad es que llaman mucho la atención. Para mi se han convertido en imprescindibles.